Miercoles 10
12:43
Mi felicidad me presipito a sus brazos, fue imposible de evitar tanta felicidad al verle.
-Pequeño corazón de ave, ay Lillibeth, que desafortunada eres.
Tiemblo, como en mis oraciones vespertinas. Te quiero tanto amor, te quiero tanto... Que me basta con dos minutos de tu presencia para hacerme envidiar a la eternidad!
te quiero te quiero te quiero te quiero muchisimo...te quiero demasiado señor mio!!!
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